Ascenso al volcán Ciénaga: una aventura diferente en el noroeste cordobés
Entre tantas riquezas naturales que tiene Córdoba, también la provincia cuenta con un sistema volcánico, y varios de esos picos se pueden visitar. Nota de Vanina Bocco para LNM
La geografía cordobesa tiene una riqueza que venimos reflejando cada semana en esta columna. Bellezas naturales que posicionan a la provincia entre los distintos turísticos más elegidos desde hace años.
Así, en Córdoba hay sierras, ríos, salinas, la laguna de agua salada más grande de Sudamérica, y también hay volcanes. Sí, la provincia cuenta con un sistema volcánico y varios de esos picos se pueden visitar.
Historia de volcanes
Ubicado en el noroeste provincial, el sistema volcánico cordobés data de hace unos cinco millones de años atrás y se estima que algunos llegaron a medir unos 3.000 metros sobre el nivel del mar.
En total se contabilizaba una decena de volcanes que hoy están extintos, es decir que no registran actividad, pero que varios de ellos se pueden apreciar e incluso ascender.
Los volcanes más conocidos son el Ciénaga, Poca, Yerba Buena, Agua de las Cumbres, Boroa y Veliz, pero solo a algunos está permitido subir, ya que se encuentran en campos privados.
Cómo llegar
Una de las formas de llegar hasta esta zona es atravesando la ruta de las Altas Cumbres que va hacia el valle de Traslasierra, pasando Villa Cura Brochero hay que tomar la ruta 15 hasta llegar a la localidad de Taninga, donde se debe doblar a la izquierda para continuar unos pocos kilómetros por la ruta provincial 28, que va en dirección a Los Túneles de Taninga.
Antes de llegar a Taninga, el paisaje comienza a cambiar y muestra una fisonomía distinta a todo lo habitual de la geografía cordobesa: hacia ambos lados de la ruta se empiezan a ver palmeras caranday. Su característica figura, con una especie de cresta en la punta, se recorta en el horizonte dándole un encanto especial.
Un triángulo perfecto
Una vez en la rotonda de la localidad de Taninga se observa un pico que forma un triángulo perfecto, ese es el volcán Ciénaga que, por cuestiones de perspectiva, en algunos tramos desde la ruta se ve con esa morfología. Pero, en realidad, tiene dos elevaciones y en el medio una declinación, que es por donde está el sendero para subir.
Como decía más arriba, estos volcanes están en campos privados, por lo que el ascenso al volcán Ciénaga lo hice a través de la Finca Posada del Volcán, que tiene un costo de acceso de $ 7500 (valor de abril de 2024).
Un ascenso con sorpresas
Con unos 1300 metros sobre el nivel del mar, el volcán Ciénaga es uno de los más bajos del sistema volcánico, por lo que es un buen lugar para comenzar a realizar este tipo de ascensos.
La caminata comienza por una calle interna del campo donde lo primero que se tiene es una imagen de frente del volcán y, a su alrededor, hay palmeras caranday de diferentes tamaños.
En noviembre del año pasado, este campo sufrió un incendio muy grande por lo que también se pueden observar muchos árboles nativos quemados y algunos en recuperación.
A los pocos minutos de comenzar la caminata, la callecita se transforma en un sendero que está bien señalizado y que tiene como referencia al volcán, siempre de frente.
Alrededor de una hora y media para alcanzar la cima
Como era de esperarse, el camino es todo en subida y, además, tiene varias partes con piedras sueltas por lo que es fundamental llevar bastones de trekking o un par de palos para tener mayor estabilidad, tanto en la subida como en la bajada.
Cada tanto, vale la pena detenerse no solo para tomar aire, sino para mirar alrededor y contemplar el paisaje. Los valles repletos de palmeras, las sierras contiguas y el monte protegido por la Reserva Chancaní que se encuentra próxima a esta zona.
Mientras estaba subiendo, en total silencio, sentí un ruido como si se hubiera levantado un viento o empezara a llover torrencialmente, rápidamente miré hacia arriba tratando de identificar qué era y se trataba de una enorme bandada de vencejos de collar que pasaban rasantes por encima del volcán. Un verdadero espectáculo que se repitió varias veces.
En aproximadamente una hora y media llegué a la cima del volcán Ciénaga (entre ida y vuelta son tres horas) y desde allí pude observar en 360 grados toda esta belleza única que nos regala el noroeste cordobés. Un paisaje que da cuenta de la historia de la provincia y que ofrece experiencias completamente distintas e inigualables.
Vanina Bocco para LNM
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