Juramento insaculado

Un día como hoy, el 9 de julio de 1816, después de varios años de luchas, los revolucionarios dieron por fin ese gran paso tan esperado: la declaración de la independencia. Ricardo Manuel Pizarro: licenciado en Ciencias Políticas, escritor y vecino reflexionó sobre ese momento patrio a 205 años de ocurrirse.

La causa libertaria de la Independencia fue al puro impulso de San Martín. Su insistencia frente al poder centralizado en Buenos Aires, radicó en que su ejército, el de Los Andes, no podía desplazarse por otros territorios al solo nombre de una banda armada como simples mercenarios y bucaneros. Para él, el ejército debía representar a una Nación libre de yugos, libre del mayestático poder Borbón. Jurídicamente debía representar a una Nación libre e independiente.


La historia nos dice que no fue imposible. Fue imprescindible. Hoy, doscientos cinco años después, la gravedad del momento nos dice que la estupidez de mercenarios y esbirros políticos pretenden romper la soberanía de la Independencia; pretenden socavar sus bases aprovechándose del poder delegado en un orquestado teatro usurpador de las libertades colectivas. Hoy es posible e imprescindible recurrir a una segunda Independencia. ¡Que nuestro juramento no haya quedado en el vano del olvido, ni sea un vacío insaculado!


(¡Defenderé la libertad y la independencia armado del voto!)

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 Por Ricardo Manuel Pizarro